La ansiedad y los problemas estomacales
Varias personas nos han escrito preguntando sobre la relación entre la ansiedad y los problemas gástricos, así como los beneficios o inconvenientes de tomar ansiolíticos para mitigar estos problemas, especialmente cuando los fármacos específicos para el malestar estomacal dejan de funcionar. Veamos un poco más en profundidad la relación entre la ansiedad y los problemas estomacales.
La ansiedad y su relación con el sistema digestivo
La ansiedad es un sistema de alarma de nuestro cuerpo ante las posibles amenazas que detectemos. Nos avisa del peligro y nos prepara para poder reaccionar ante éste. Nos prepara para la conocida respuesta de «lucha – huida». Y para ello activa nuestro sistema nervioso simpático en el cuerpo que libera dos productos químicos, llamados adrenalina y noradrenalina, de las glándulas adrenales, que están en los riñones. Estos productos químicos, a su vez, son usados como mensajeros por el sistema nervioso simpático para continuar la actividad; de modo que una vez que empieza la actividad en el sistema nervioso simpático, continúa frecuentemente y se incrementa durante algún tiempo.
Pero no solamente nuestro cuerpo se prepara para «luchar o huir» mediante mensajeros químicos también sufre varios cambios corporales, veamos los más importantes:
- Incremento en el ritmo cardíaco y en la fuerza del latido cardíaco. Esto es vital para la preparación para la actividad ya que ayuda a aumentar la velocidad del flujo sanguíneo y mejora de este modo el reparto de oxígeno a los tejidos y la eliminación de productos de desecho de los tejidos. Esta es la razón por la que es típico sentir que el corazón late a ritmo acelerado o que late con fuerza durante los periodos de elevada ansiedad o pánico.
- Cambio en el flujo sanguíneo. Básicamente, la sangre es retirada de los sitios donde no se necesita (mediante un estrechamiento de los vasos sanguíneos) y dirigida hacia los sitios donde se necesita más (mediante una dilatación de los vasos sanguíneos). Por ejemplo, la sangre se retira de la piel y de los dedos de las manos y pies. Esto es útil porque si el organismo es atacado y sufre un corte, es menos probable que se desangre hasta morir. Por eso, durante la ansiedad la piel se ve pálida y está fría y los dedos se vuelven fríos y algunas veces experimentan entumecimiento y hormigueo. Además, la sangre se dirige a los grandes músculos como los muslos y los bíceps, lo que ayuda a que el cuerpo se prepare para la acción.
- Incremento en la velocidad y profundidad de la respiración. Esto tiene una importancia obvia para la defensa del organismo, ya que los tejidos necesitan más oxígeno para prepararse para la acción. Las sensaciones producidas por este incremento en la respiración pueden incluir, sin embargo, falta de aliento, sensación de ahogo o asfixia e incluso dolores u opresión en el pecho.
- Incremento en la sudoración. Esto tiene importantes funciones adaptativas como hacer la piel más resbaladiza, de forma que es más difícil para un predador agarrar, y enfriar el cuerpo para que no se caliente demasiado.
- Las pupilas se dilatan para dejar que entre más luz, lo cual puede producir visión borrosa y puntitos luminosos enfrente de los ojos entre otras cosas.
- Disminución de la salivación, lo que hace que la boca esté seca.
- Menor actividad en el sistema digestivo, lo cual produce frecuentemente náusea, pesadez de estómago e incluso estreñimiento.
- Muchos de los grupos musculares se tensan para prepararse para la lucha o la huida y esto produce sentimientos subjetivos de tensión, que a veces se acompañan de dolores reales así como de temblores y sacudidas.
Centrándonos en los problemas estomacales, queda claro que el sistema digestivo se ve afectado por la ansiedad, pero no solamente consiste en que haya una menor actividad. sino que al haber una redistribución del flujo sanguíneo a las extremidades y los grandes músculos, acabamos teniendo muy poca sangre en el sistema digestivo lo que puede producir serios problemas gástricos, como: acidez estomacal, úlceras, colon irritable, la enfermedad de Crohn, etc…
Soluciones a los problemas estomacales debidos a la ansiedad
En estos casos los fármacos específicos para el dolor de estómago, o para la acidez pueden resultarnos muy útiles y efectivos, pero no dejan de ser un parche temporal ya que hemos de abordar la causa que me está generando estos problemas estomacales. Por otro lado los fármacos específicos para la ansiedad, los ansiolíticos, el efecto que tienen es reducir de forma puntual nuestra ansiedad, por lo que se acorta el tiempo en el que me duele el estómago o tengo náuseas, acidez… Pero nuevamente nos encontramos con que no aborda el problema por qué padezco ansiedad ante determinadas situaciones, con el añadido que los ansiolíticos a la larga nos pueden acabar generando dependencia y volvernos adictos a ellos.
¿Cuál es la solución?
Abordar el origen de mi problema, para ello voy a tener que saber el porqué de mi ansiedad, entender por qué se me activa mi sistema de alarma, qué es lo que me asusta. Y aprender a afrontar ese miedo que tengo que activa mi ansiedad. Para ello suele ser muy efectiva la terapia cognitivo conductual y específicamente las técnicas de exposición gradual para afrontar la ansiedad y los miedos. Si ya has probado los ansiolíticos, has acudido al médico especialista en tu problema o estomacal o digestivo y no estás solucionando tu problema, te recomiendo que acudas a un psicólogo especialista en ansiedad.
Rubén Blasco, Psicólogo Colegiado Nº 14830. Más información en: tratamiento-ansiedad-depresion.com
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