Ansiedad Generalizada
PREGUNTA
Hace más o menos tres años atrás en una reunión, presentí que me iban hacer una pregunta en ese momento sentí escalofríos, náuseas y me maree. A partir de esa fecha en muchas ocasiones yo he experimentado lo mismo. Cuando voy a salir de viaje, al visitar a algún pariente enfermo, etc. Hay muchas cosas de las que me pongo a pensar en relación al futuro que me causan miedo. Cuando tengo alguna reunión de importancia me da diarrea, dolor epigástrico, mareos, desesperación. En las mañanas tengo náuseas es lo más horrible no se lo deseo a nadie. Mi esposa y su familia es evangélica y yo fui criado con mis tíos católicos y me exigen cuando pueden de que bautice a mis niños y yo asisto a la iglesia con mi esposa.
Me siento por momentos desesperado. Tengo a cargo 32 alumnos de enfermería en el hospital supervisándolos y me genera tensión. Estoy tomando en las mañanas Axeptil. Pero tengo que comer algo si no paso con náuseas y que ni un solo medicamento me lo quita hasta que me encierro en el baño por mucho tiempo y luego salgo y respiro. Me ha ocurrido muchas veces. Me da náuseas el saber que tengo que viajar en las mañanas a cierto lugar. Por favor ayúdenme, gracias.
RESPUESTA
Por lo que nos comentas parece ser que son muchas la situaciones que te pueden generar ansiedad, y que generalmente esta ansiedad se te manifiesta de forma somática en náuseas, mareos, escalofríos… Sensaciones puramente físicas.
De forma inicial hay dos elementos muy importantes a controlar, por un lado la alimentación y por el otro el ejercicio físico.
Alimentación para la ansiedad
La correcta alimentación es básica para manejar los problemas de ansiedad. Debemos intentar llevar una dieta variada rica en fibras, vegetales y fruta, evitando al máximo los chocolates y la bollería industrial. Así como marcarnos unos horarios de alimentación regulares, Intentar que las tres comidas del día sean siempre en los mismos horarios.
En el caso concreto de las náuseas hemos de evitar específicamente alimentos muy grasos, alimentos picantes, alimentos procesados, el alcohol y las bebidas carbonatadas. Y los alimentos que sí nos pueden sentar mejor son: los alimentos con alto contenido en agua, como los caldos, gelatinas, también son interesantes lo lácteos con bajo contenido en grasas, las verduras, alimentos a la plancha, galletas, tostadas, arroz, tallarines… Y en la medida de lo posible es recomendable poder realizar 5 comidas al día: desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena, en lugar de tres comida más copiosas. Si repartimos los alimentos el cuerpo los aceptará mejor.
Por otro lado evitar al máximo todos los excitantes, Cafés, Coca Colas, bebidas energéticas, etc… y poderlos sustituir por infusiones, son especialmente recomendables las tilas y las manzanillas por su efecto relajante.
Deporte para la ansiedad
El deporte es una de las mejores herramientas para controlar nuestra ansiedad y nivel de activación general. Es recomendable poder practicar un mínimo de tres veces por semana unos 30- 45 minutos, preferiblemente ejercicio del tipo cardiovascular, (cinta, bicicleta, clases dirigidas…). El hábito de deporte regular lo que hará es acelerar nuestro metabolismo y por tanto eliminar el exceso de energía producido por la adrenalina que nos produce la ansiedad a lo largo del día. De esta manera descansaremos mejor y eliminaremos la tensión acumulada, bajando nuestro nivel de activación general generándonos una sensación de calma durante el día.
Además de ayudarnos a controlar la ansiedad, el deporte favorecerá la producción de endorfinas, un tipo de péptidos que funcionan como los neurotransmisores con un efecto analgésico similar al de los opiáceos y responsables de las sensaciones de bienestar.
Control de mis anticipaciones ansiosas y negativas
Este es otro de los elementos muy importantes dentro del control de la ansiedad, y es el saber identificar cuándo estoy anticipando de forma negativa que algo me irá mal, o me encontraré con ansiedad ante tal situación, mucho antes de que eso ocurra. Por lo que yo ya voy a esa reunión o a esa clase con mis alumnos tensionado y basta con que algo se tuerza un poco para que yo ya me encuentre realmente mal. Esto es porque yo ya he ido al evento casi al límite, preocupándome antes de que nada ocurra.
Debemos aprender a relativizar y a cortar estos pensamientos anticipatorios. La terapia psicológica concretamente la terapia cognitivo- conductual ha demostrado ser de gran utilidad para aprender a cortar este tipo de anticipaciones y sustituirlas por pensamientos más realistas acerca de lo que puede ocurrir y sobre qué recursos dispone la persona para enfrentarse a su ansiedad. Por ello si se siente incapaz de controlar este tipo de pensamientos por sí mismo, le recomendamos que consulte con un especialista, rápidamente verá cómo puede aprender a frenar estas anticipaciones.
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Rubén Blasco, Psicólogo Colegiado Nº 14830.
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